El término allegatus posee una raíz etimológica latina que, inicialmente, a razón de ser empleado en el habla cotidiana conservaba un significado ablativo, tal cual era una expresión, que se derivaba del verbo adlegare que significa delegar, enviar. Al paso del tiempo cobró un sentido jurídico a parte a la de simplemente delegar, ahora adlegatio o adlegatus expresaba “la acción de aportar una excusa o justificación ante un juez” cuyo valor discursivo estaba relacionado a la defensa de una causa y sostenida con fundamentos.